Por supuesto, lo anteriormente dicho no es más que una forma de explicarlo, en realidad es algo un poco más complejo. Se trata de aplicar características de los juegos en un ámbito no lúdico y, en el ámbito educativo, demuestra su utilidad al captar la atención de los estudiantes. Este entusiasmo causado en los alumnos ayuda resulta, además, un gran facilitador para la adquisición del conocimiento gracias a sus variadas estrategias y dinámicas.
La gamificación se lleva a cabo incluyendo mecánicas y dinámicas de juego en el proceso de aprendizaje:
Mecánicas Dinámicas
Puntos Recompensas
Niveles Estatus
Premios Logros
Clasificaciones Expresión
Desafíos Competición
Misiones o retos Altruismo
Para que la gamificación sea realmente exitosa deben seguirse una suerte de leyes:
- Ley de las emociones básicas: si algo llama la atención al cerebro, adquirirlo no le costará trabajo.
- Ley de las consecuencia inmediata: premios que crean una sensación de satisfacción.
- Ley de la incertidumbre: la duda a la hora de conseguir la victoria hace que los participantes den todo de sí para superar el obstáculo.
- Ley del progreso hacia una meta: la necesidad de que el participante obtenga resultados constantes que denoten un progreso.
Sin embargo, por novedosa que sea esta metodología, si se lleva a cabo con una mal planificación, que resulta en una gamificación forzada y con una narrativa deficiente puede llevar a que no se cumpla el objetivo de aprendizaje. Por otra parte, el perder de vista los objetivos, o no tener metas mensurables también puede quitarle efectividad a esta modalidad.
Por último, un video que quizá les resuma todo lo dicho en el post:
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